RAZONES PARA CONOCER EL CERRO RICO DE POTOSI
#1
FUE DECLARADO PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD POR LA UNESCO EN 1987
#2
ES LA MONTAÑA CON MAS HISTORIA DE AMERICA
#3
TIENE MAS DE 800 BOCAMINAS LA MAYORIA ACTIVAS
#4
PUEDES CONOCER AL TIO DE LA MINA, DIOS DE LOS MINERALES
#5
SACARTE FOTOS CON LOS MINEROS
Y CON LA DINAMITA!
#6
PROBARTE A TI MISMO Y A TU RESISTENCIA
#7
COCA MAS COCA Y ALCOHOL!
Y...
#8
APRECIAR LA CIUDAD IMPERIAL EN LA CIMA
#9
TOMARTE FOTOS CON CASCO
#10
Y PUES...POR QUE ESTA A PUNTO DE DESAPARECER Y CONOCERLO ANTES DE MORIR ES UNA EXPERIENCIA CASI OBLIGADA!
sábado, 20 de febrero de 2016
viernes, 19 de febrero de 2016
TOP 5 LAS CIUDADES COLONIALES MAS INCREIBLES DE LATINOAMERICA
LAS CIUDADES COLONIALES MAS INCREIBLES DE LATINOAMERICA
“Todos
los edificios, en lo posible deben ser uniformados para que la ciudad resulte
bella” es uno de los artículos de La Ley urbanística de 1547 que el Rey Felipe
II quiso se aplicara a las ciudades que se fundaran en el Nuevo mundo. Durante
los más de trescientos años de colonización española en el vasto territorio
americano se levantaron numerosísimas metrópolis desde las cuales se centralizó
el poder de los distintos virreinatos. Los cimientos del nuevo orden en
continente empezaron a ponerse en plazas, callejuelas, palacetes y catedrales
en lugares que llegaron a superar incluso por población a no pocas ciudades
revelevantes de la vieja Europa. Las normas básicas de las ciudades de nueva
planta se acoplaron a los estilos arquitectónicos y artísticos presentes en
España, modificándose paulatinamente hasta alcanzar un mestizaje y una
particularidad especial en estas urbes. Hoy muchísimas de esas ciudades
levantadas en América Latina conservan su estilo, apreciándose esos lazos que
nos unen a un lado y otro del charco. Algunas de ellas son auténticos tesoros,
reflejos de su Historia y que están dentro de la lista del Patrimonio de la
Humanidad de la UNESCO. Durante mi viaje de siete meses como Mochilero en
América visité muchas de estas ciudades, las cuales me dejaron una profunda
huella. Algunas me parecieron tan rotundamente hermosas que me enamoré sin
remedio, paseando una y otra vez por sus callejones, contemplando el ritmo que
la gente le ha dado a estas maravillas del mundo.
Algunas
reglas más para la creación de nuevas ciudades en las Indias tienen un reflejo
evidente en muchas de éstas:
– La
plaza principal (Plaza Mayor) debía situarse a ser posible en el centro de la
ciudad y tener forma rectangular, siendo su longitud como mínimo una vez y
media su anchura. De esa forma estaría bien dimensionada para la festejos y
celebraciones en las que tuvieran que intervenir caballos. El tamaño de la
plaza debía ser proporcional al número de habitantes de la ciudad y tenía que
planearse en relación al posible crecimiento de ésta.
– La
Plaza mayor y las calles principales que nacían de la misma serían, a ser
posible, porticadas (con soportales) para ser más ventajosas a quienes se
reunieran en ellas con fines comerciales.
– En las
ciudades la iglesia no debía situarse en el perímetro de la plaza, sino a una
distancia en la que apareciera separada de los otros edificios para que
pudieran apreciarse sus fachadas desde todos los ángulos y así aparecer “más
hermosa y más majestuosa”. Igualmente debía levantarse por encima del nivel del
suelo, de manera que la gente tuviera que subir unos peldaños para acceder a la
misma.
– Los
solares que rodeaban los restantes lados de la plaza estaban reservados a
edificios públicos, mientras que el espacio sobrante se dedicaría a los
comercios y a las residencias de comerciantes.
EL TOP:
#1
POTOSI (BOLIVIA)
#2
CARTAGENA (COLOMBIA)
#3
CUZCO (PERU)
#4
QUITO (ECUADOR)
#5
ANTIGUA (GUATEMALA)
martes, 16 de febrero de 2016
LA AMANTE POTOSINA DE BOLIVAR
MARIA JOAQUINA COSTAS: LA POTOSINA AMANTE DEL LIBERADOR
Doña Maria Joaquina Costas
Simón
Bolívar era un incurable mujeriego. Según los compañeros de armas que
acompañaron al Libertador en su campaña emancipadora, éste sostuvo
relaciones íntimas con al menos 17 mujeres de distintos países. Poco le
interesaba si las féminas fueran solteras o casadas, adolescentes o
adultas, pareja de sus oficiales o que en sus venas corriera su propia
sangre; Bolívar no dudaba en desplegar sus armas de conquista ante la
presencia de una dama. Seducían de él su aura de grandeza, su forma de
bailar —era gran danzarín de vals— y el agua de colonia que perfumaba su
cuerpo. El propio Tesoro Nacional de Perú se vio obligado a erogar ocho
mil pesos de sus arcas para pagar la deuda en bálsamos aromáticos que
dejó el venezolano tras su paso por ese país, según describe el
historiador colombiano Héctor Muñoz.
En
las arenas del amor, son célebres los romances que Bolívar mantuvo con
María Teresa del Toro —su única esposa y de quien pronto enviudó—, con
su prima Fanny Du Villars y con Manuela Sáenz. Pero entre la larga lista
de conquistas también surge —envuelta entre el mito y la realidad— el
nombre de una potosina, María Joaquina Costas (en algunos libros aparece
como Costa) y Gandarías. Pocos lo saben, pero el retrato de esta mujer
se encuentra expuesto en el Museo Nacional de Arte.
El lienzo, pintado en 1817 por el peruano Gil de Castro, no es uno más
dentro del repositorio. Es el más apreciado por los funcionarios del
museo, quienes se refieren a ella como “nuestra Gioconda”, en clara
alusión a la obra maestra de Leonardo Da Vinci.
La
belleza de María Joaquina se luce entre los personajes históricos que
pueblan la sala dedicada a las pinturas del siglo XIX. Allí se muestra
imponente; con el rostro ovalado, los ojos soñadores y con esa boca
pequeña con la cual, en octubre de 1825, sedujo al Libertador con el
susurro de cuatro palabras: “Cuidado, general, quieren asesinarlo”
El flechazo
Son
pocos los datos que se tienen sobre los primeros años de María
Joaquina. Sin embargo, su nombre se repite en biografías dedicadas al
Libertador, como las escritas por el argentino José García Hamilton, el
colombiano Héctor Muñoz y los bolivianos Julio Lucas Jaimes y Luis
Subieta.
Costas
era esposa de un importante militar rioplatense, Hilarión de la
Quintana, tío político del Libertador argentino José de San Martín.
Demás está decir que la familia de María Joaquina pertenecía a la alta
sociedad altoperuana, y por esto fue protagonista del triunfal
recibimiento que los potosinos brindaron a Bolívar en 1825.
“Todas las campanas de las iglesias cantaban al unísono. 40 mil habitantes de la ciudad
y sus alrededores seguían encandilados el nervioso trotecillo de la
caballería del Libertador. Una infernal confusión de músicas nativas
atronaban en el aire mientras Bolívar ingresaba bajo arcos de plata y
florecillas silvestres. (…) Le rociaron agua bendita y le condujeron a
un sillón ricamente forrado en terciopelo”, se lee en Tiempo de Bolívar,
de Jacobo Libermann. Pronto, 12 ninfas se acercaron al venezolano y le
obsequiaron coronas de rosas y laureles y una bella mujer le entregó un
ramo de flores, mientras le mascullaba la advertencia del complot para
asesinarlo. Era la voz de María Joaquina, quien le explicó que el jefe
de la intriga era su tío, el oficial español León de Gandarías.
“Simón
se enterneció ante el interés manifestado por la muchacha, la envolvió
con palabras galantes, giró con ella alegremente al compás de la música
y, a la madrugada, la condujo a sus habitaciones. (…) El nuevo romance
le despertó la coquetería y una mañana, al advertir que empezaban a
aparecerle canas en la barba, decidió afeitarse el bigote y las
patillas”, se lee en la biografía novelada Simón. Vida de Bolívar, de
García Hamilton. El Libertador permaneció siete semanas en Potosí,
tiempo en que mantuvo la clandestina relación con Costas, quien no veía a
su ausente marido hacia tres años, ya que éste se encontraba en campaña
con el ejército chileno.
La
relación terminó cuando Bolívar partió hacia Chuquisaca, donde tomó
como amante a Benedicta Nadal. Enamorada, Costas envió una serie de
cartas a su amante. En una de las misivas le anunció su embarazo. El
venezolano respondió inmediatamente. “Como hombre de mundo y como
militar de talento debo confesar y ratificar mi pecado. La lucha interna
fue enorme y Cupido derrotó a Marte en buena ley, pero el botín de ese
combate debe reservarse en lo más profundo de nuestros corazones, pues
si no, ¿qué sería de ambos? No se deje amedrentar y diga usted que mis
visitas a su casa fueron nocturnas por algún pretexto. Seguiré de cerca
el desenlace y a fuer (sic) de Bolívar y Palacios, pondré a buen recaudo
su honra y mi conducta”, se lee en el libro de García Hamilton.
Cuando
Bolívar supo en Perú el nacimiento de su hijo, quiso conocerlo y
comisionó al general José Miguel de Velasco para que condujera a María
Joaquina y a su hijo hasta la Quinta de la Magdalena, cerca de Lima. El
encargo se cumplió con todo secreto para que no se enterara el esposo de
Costas. Sin embargo, De la Quintana conoció el hecho y, meses después,
abandonó a su mujer.
La casa de Doña Maria Joaquina Costas
María
Joaquina bautizó a su vástago José Costas. “Era uno de los jóvenes más
elegantes de su tiempo y ejemplo de la muchachada culta. En cualquier
reunión familiar cautivaba a la concurrencia con su guitarra y su voz.
Su madre vivía en una casa modesta en Potosí y se dedicaba a fabricar
disfraces para las fiestas religiosas”, asegura el colombiano Héctor
Muñoz. En 1855, la potosina dirigió el colegio de niñas Santa Rosa.
Pidió una pensión al gobierno boliviano, que se le negó; y otra al
gobierno argentino, que se la concedió, pero llegó poco después de su
muerte. José se dedicó a los trabajos campestres en el pueblo potosino
de Caiza, donde contrajo matrimonio con Pastora Argandoña. En su partida
de casamiento decía que era hijo natural de María Joaquina Costas y de
Simón Bolívar.
Descendiente
En
1975, el periódico español ABC publicó un reportaje sobre el linaje de
Bolívar. En la nota se señala la existencia en Bolivia de un
descendiente del Libertador. Se trata de Elías Costas Barrios —entonces
de 81 años—, quien vivía en Caiza. Sin embargo, la mayoría de los
historiadores bolivianos niega la existencia de descendientes de Bolívar
en el país e incluso la veracidad del romance entre Bolívar y Costas.
Fuera
de la controversia, sólo bastan unos segundos frente al retrato de
María Joaquina para que resurja el susurro de su voz, rescatado por el
escritor nacional Julio Lucas Jaimes. “En su lecho de muerte, María
Joaquina hizo llamar al presbítero Ulloa, a quien le expuso lo
siguiente: ‘Deseo y pido que no sea separado de mi cuerpo en la tumba
este relicario que lleva el busto del Libertador y que me fue ofrecido
por él mismo en prenda de amor y agradecimiento, por haberle salvado la
vida en la noche solemne de la subida al Cerro (Rico de Potosí).
No
vacilé ni un momento en sacrificar mi honra a mi pasión y a mis deberes
de patriota, evitando que fuera aquel grande hombre indignamente
asesinado en su lecho. Pedí luego dinero y salvoconducto para aquellos
conjurados y Bolívar fue con ellos grande y generoso como en todo. Dios
le haya premiado y me perdone a mí esta única falta grave de mi vida que
siempre consagré al bien de mis semejantes y al recuerdo de Bolívar, mi
único y solo amor en el mundo’”.
Texto: J.B. Nota publicada en la revista Escape
domingo, 14 de febrero de 2016
LAS 5 FIESTAS IMPERDIBLES! DE POTOSÍ
#1
El Carnaval Minero
El carnaval tradicional de los mineros del Cerro Rico de Potosí, una vez al año las minas pertenecen al demonio y los mineros no pueden entrar por que se dice que en estas fechas el demonio fecunda a la pachamama por tanto anda suelto haciendo fechorias, los mineros bajan de las minas al son de bandas y bailes hasta llegar a la iglesia de San Martin donde son bendecidos sus ¨Tata kajchus¨imágenes cristianas que protegen el ingreso al socavon, el festejo dura 3 dias.
#2
Los Chutillos
Día 24 de Agosto, San Bartolomé. En la plazuela Mejillones, desde las ocho de la mañana, los Chutillos fletan bestias que los conducirán hasta la capilla de San Bartolomé, sector que también recibe el nombre Cueva del diablo, lugar donde se inicia la fiesta.
A las 11 y 30 a.m. celebra la misa un solo cura. Se continúa con la procesión para la que levantan cuatro altares en los que descansará la efigie del santo o santos que ese día festejan. En el recorrido la procesión pasa por arcos de plata y vuelve a su propio altar, dando por concluida la primera fase de la fiesta en ese día.
A las dos de la tarde, aproximadamente, comienza la segunda fase que consiste en una especie de carrera de caballos, que parte desde la puerta de la capilla, pasando por la puerta del diablo, continuando por San Antonio, Chisiraya, lugar en que los Chutillos se detienen a descansar y a beber la chicha que les invitan los amigos y familiares que estaban aguar-dándoles; después continúa la carrera por Tturu o Chaca, hasta llegar al Teatro al Aire libre, lugar ya citadino. En este punto los grupos se dividen: los Chutillos de San Roque se dirigen a su barrio, y los otros dos grupos hasta el Arco de Cobija, donde se separan los unos a San Juan y los otros a San Benito, a celebrar la fiesta en casa de los pasantes y alféreces.
Otros años, el recorrido de los Chutillos es el siguiente: parten de la puerta de la capilla, pasar por el camino de Cantumarca, desvían por el cruce al Ingenio Velarde, pasan por la Chaca (puerta falsa del ingenio), llegan a la pulpería Velarde, suben por la calle lawa cayu hasta el primer Arco de Cobija. En este punto se dispersan los tres grupos dirigiéndose a sus respectivos barrios: San Benito, San Roque y San Juan.
Día 25 o del Majtillo. Se festeja en las casas de los pasantes o alféreces. También lo llaman uchú día (día del ají), uchú chico (día del ají pequeño).
Se efectúa la costumbre del ttipacu que consiste en prender en el pecho de los pasantes, billetes de corte mayor. Algunos mandan a la casa de los pasantes los tradicionales arcos, o sean los arcos ador nados de flores y papel moneda, que el siguiente año debe ser devuelto al próximo pasante, duplicando la cantidad que hubiera recibido.
Día 26 o del Thapuquillo. También recibe el nombre de dejamen. En la ciudad hacen guirnaldas de flores de papel, antiguamente eran hechas de filigrana de plata.
En el campo, o sea en la circunscripción de San Bartolomé, este día, los pasantes y sus invitados, tienen por costumbre cubrirse la espalda con los cueros de las llamas derribadas para la comilona de los tres días de fiesta. Así ataviados corretean por los cerros. En inris beben chicha aderezada con un pedazo de estiércol de llama y una hoja de coca. Toman alcohol.
- See more at: http://www.educa.com.bo/folklore/descripcion-de-la-fiesta#sthash.zhJP91yn.dpuf
#3
Santiago de Bombori
Desde la apacheta se divisa un grupo más o menos grande de casas de adobe con tejados plateados de calaminas a juego con el enorme tinglado que cubre la cancha. Y camiones, buses y coches alrededor del pueblo. Lo que no se aprecia por ningún lado es la capilla de la época colonial en la que está el famoso, venerado, pero también temido, Santiago Apóstol, Tata de Bombori.
Fue un jampiri de Cochabamba que se hace llamar Señor de Bombori y al que la gente llama don Santiago (tiene cierto parecido con la imagen del santo —ver Escape del 6 de abril—), el que me habló de la gran fiesta que se celebra en el pueblo de Bombori, en Norte Potosí, cada 25 de julio, día de Santiago. Es la celebración por excelencia de los yatiris, muchos de ellos elegidos por el rayo. La figura del apóstol sincretiza la impuesta creencia católica con la deidad andina Illapa (rayo, trueno y lluvia). A él acuden “los que saben” para recibir su gracia para todo el año.
El 25 de julio, un grupo de estos sabios están tranquilamente en la apacheta atendiendo sus humeantes ofrendas. Abajo, cerca de la capilla, el ambiente es otro.
Son las 09.15 y, para poder llegar a la fiesta, hay que pasar y pagar el peaje improvisado que alguien ha colocado en el acceso a la localidad. “Son diez bolivianos”, dice un hombre tambaleante vestido con poncho y chullu. Tal como le damos el dinero, lo guarda en el bolsillo. Parece que la farra comenzó ayer, primero de los cuatro días que dura la festividad, y que la va a continuar hoy gracias a la financiación de los que siguen llegando al lugar.
Una mujer arrastra casi de la oreja a su tambaleante marido, hermano, o lo que sea. Está a punto de echarle un rapapolvo. Cerca, con la cabeza apoyada en la fachada de una vivienda, otro tipo duerme en una posición que no parece muy cómoda.
El día anterior llegaron la gran mayoría de los peregrinos y muchos se quedarán hasta el final, aunque no hay muchas opciones para dormir: la casa de algún conocido, una payasa alquilada en un cuarto o el propio auto. Y es que llega gente de todas partes: de Potosí, de Oruro, de Cochabamba... Incluso, hay autos con placas argentinas. Y otros, que no tienen matrícula alguna. Muchos de ellos son challados en el bautizo que se celebrará a lo largo del día.
Malena y Marcelo Villarroel han venido desde la Llajta. Sus familiares son fieles devotos del Tata y ellos, en cuanto dejaron de ser niños, comenzaron a venir. Él lleva ocho años seguidos acudiendo a pedir favores al apóstol. Ha traído el cuadro del santo que tiene en casa y lo lleva bien abrigado dentro de un aguayo en el que también hay billetes tamaño Alasita, pues es plata lo que está pidiendo. Porta también una imagen enmarcada más pequeña para otro familiar.
“Para creer es”, dice Malena del Tata. Asegura que antes le pidió ayuda para sacar adelante sus estudios de turismo y también dinero, y que no le ha fallado. Me invita a probar que no es mentira lo que ella y otros peregrinos cuentan. Si no tengo fe, puedo solicitarle algo pequeño, como hace su prima, quien les acompaña. Es su primera vez ante el Tata y va a pedirle algo sencillo. “Si le cumple, tiene que venir el próximo año”, señala Malena.
Otras personas llevan también aguayos en sus brazos, a los que abrazan como si fuesen bebés lo que están llevando. De algunas telas sobresalen camiones de pequeño tamaño que, como los billetes o las imágenes santas, pueden comprarse en varios puestos que hay en la calle de tierra que sube hacia la capilla, o en la propia plaza donde ese encuentra el pequeño templo, el epicentro de la fiesta.
La fachada de la iglesia es blanca por la cal que recubre la piedra y está techada con paja. A su izquierda se levanta, aunque no parece que le quede mucho tiempo de estar de pie, el campanario, que recuerda a los falsos decorados de los viejos westerns. Tiene dos pequeñas campanas de las que cuelgan, como algas botadas por el mar contra un acantilado, serpentinas ennegrecidas. A sus pies hay una mezcla de gente, carneros, algunos vivos, otros, muertos, y botellas. Es totalmente negra, y no porque esté pintada: es el punto de realización de las ofrendas al Tata.
“Me puedo enfadar”, advirtió el apóstol Santiago cuando llegó a estas áridas tierras hace mucho, pero mucho tiempo. “¡Yo soy el remedio! Ustedes deben amarme, atenderme. Si no, me iré a otro lugar”, espetó a los lugareños. Ésta es una de las leyendas sobre el origen del fervor por esta figura bíblica en la zona, recogida por la investigadora francesa Virginie de Véricourt en Rituels et croyances chamaniques dans les Andes boliviennes. Les semences de la foudre. Para obtener el favor del santo, la gente prendió velas y sacrificó carneros, ofrendas que hoy se siguen practicando.
#4
Carnaval en Tupiza
Entradas a caballo, bailes, coplas y juegos con harina recuperaron la tradición carnavalera de los pueblos chichas en el Carnaval de Tupiza. Las fiestas, únicas en el país, recuperaron la tradición participativa del municipio
La Entrada de comparsas congregó el 1 de marzo a las comunidades aledañas, los barrios y la población de la ciudad, capital de la provincia potosina Sud Chichas. Desde media mañana los comunarios de Chifloca, Pilquiza, Estarca, Cornaca, Yurcuma y otros sectores llegaron a la Plaza de la Estación (punto de concentración) al ritmo de erke, caja, anata, bombo y tambor.
¿Los ánimos? como los populares versos carnavaleros: "Diablito toque su caja/ que quiero yo entonar/ estas coplitas que traje/ para este gran carnaval”, que cantaban montados en caballos algunos chicheños.
Algunas comparsas barriales convocaron más de 500 bailarines y músicos que irrumpieron con energía en las calles, avenidas y Plaza Independencia de Tupiza. Unión Chicheña de San Antonio, Rosa Laurel de Remedios, Los Quebradeños”, "Los Jóvenes Quebradeños, Flor de Pueblo Nuevo y otras comparsas dieron no solo un espectáculo visual, sino un derroche de melodías y cantos carnavaleros.
Girasoles, choclos en caña y albahaca contrastaban con los blancos sombreros y las vestimentas de por sí coloridas de las chicheñas -blusas y polleras amarillas, naranjas, lilas, rosadas, verdes-. No faltó el panal de abejas, la "lechiguana”, que simboliza la fertilidad.
En las ruedas, grupos de mujeres se lucieron con las manos extendidas a los costados, arriba y al centro; mientras en las rondas las parejas bailaron tomadas de las manos. De fondo, las batallas de harina que protagonizaban los espectadores.
Con la maestría y sentimiento de los músicos al mando de anatas, cajas y erkes, la fiesta dese despidió hasta 2015 cuando volverá a reunir a los chicheños.
La Entrada de comparsas congregó el 1 de marzo a las comunidades aledañas, los barrios y la población de la ciudad, capital de la provincia potosina Sud Chichas. Desde media mañana los comunarios de Chifloca, Pilquiza, Estarca, Cornaca, Yurcuma y otros sectores llegaron a la Plaza de la Estación (punto de concentración) al ritmo de erke, caja, anata, bombo y tambor.
¿Los ánimos? como los populares versos carnavaleros: "Diablito toque su caja/ que quiero yo entonar/ estas coplitas que traje/ para este gran carnaval”, que cantaban montados en caballos algunos chicheños.
Algunas comparsas barriales convocaron más de 500 bailarines y músicos que irrumpieron con energía en las calles, avenidas y Plaza Independencia de Tupiza. Unión Chicheña de San Antonio, Rosa Laurel de Remedios, Los Quebradeños”, "Los Jóvenes Quebradeños, Flor de Pueblo Nuevo y otras comparsas dieron no solo un espectáculo visual, sino un derroche de melodías y cantos carnavaleros.
Girasoles, choclos en caña y albahaca contrastaban con los blancos sombreros y las vestimentas de por sí coloridas de las chicheñas -blusas y polleras amarillas, naranjas, lilas, rosadas, verdes-. No faltó el panal de abejas, la "lechiguana”, que simboliza la fertilidad.
En las ruedas, grupos de mujeres se lucieron con las manos extendidas a los costados, arriba y al centro; mientras en las rondas las parejas bailaron tomadas de las manos. De fondo, las batallas de harina que protagonizaban los espectadores.
Con la maestría y sentimiento de los músicos al mando de anatas, cajas y erkes, la fiesta dese despidió hasta 2015 cuando volverá a reunir a los chicheños.
#5
Fiesta de la Cruz de Macha
En Macha esta fiesta que se realiza el 3 de mayo, es la de mayor significación para el 80 % de los pobladores del norte del departamento de Potosí, cada año esta región concentra una cantidad considerable de originarios que acuden para saldar sus cuentas en el pueblo de Macha. Esta fiesta se origino a raíz de los enfrentamientos que tenían con los españoles para hacer prevalecer sus derechos y se quedo como una fiesta, que se mantiene con diferentes creencias para cada ayllu.
Antes de asistir a la fiesta de macha, realizan en sus comunidades el ritual de la “Willja” (mesa ritual) solicitando a sus dioses ancestrales fuerza y valor para enfrentar a los ayllus o grupos oponentes en el “Tinkuy” (Encuentro).
Todos los participantes que se trasladan de sus comunidades de origen en la víspera, ataviados de sus mejores vestimentas típicas y danzas, trotan acompañados de sus instrumentos nativos, por tanto la cruz.
El día principal, por la mañana asisten a una misa celebrada en el idioma nativo, para seguir con la procesión que recorre la plaza. Luego, se sirven las comidas y bebidas típicas en las casas de la fiesta (Cusi Huasi), para finalmente de los que participan hombres y mujeres, son muy violentos en los que saldan cuentas de festividades pasadas o conflictos comunales, además con la creencia de que la muerte o la sangre son una ofrenda a la Pachamama (madre tierra) para tener un año agrícola con mayor producción.
Concluyendo el encuentro, las comunidades se marchan del lugar, llevando sus heridos y en su caso muertos, los que serán atendidos y sepultados en sus comunidades.
En la parte Andina, el día de la Cruz se celebra comiendo higos, secos, porotos y chocopa
martes, 9 de febrero de 2016
LOS 5 ICONOS POTOSINOS
En este top te mostramos los 5 iconos que identifican a la tierra potosina en toda su extencion:
PUESTO#1
EL SALAR DE UYUNI
El magico salar potosino es el icono departamental por excelencia su planicie blanca de sal y su maravilloso paisaje, es sin duda la maxima referencia turistica potosina y boliviana!
PUESTO#2
EL CERRO RICO
Mítico, misterioso y hermoso, así es el cerro rico emblema de Potosí, en sus mas de 1000 bocaminas y a mas de 4300 m.s.n.m, cansado de ser explotado aun luce su forma iconica en lo mas alto del escudo nacional.
PUESTO#3
LA CASA NACIONAL DE MONEDA
Llamado el escorial Americano, por ser la construccion civil colonial mas grande de America, hoy el museo boliviano mas reconocido a nivel mundial, en sus 1500 m2 y sus 5 patios otorga al visitante la impresion de estar y vivir la epoca del auge de la plata potosina.
PUESTO#4
LA KALAPURCA
Deliciosa preparacion prehispanica, a base de trigo y aji, es el plato bandera de Potosí, calentado por piedras ¨k´alas¨y servido en plato de barro con trozos de cerdo asado, su degustacion es mas que obligada!
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